Como cada mañana, nada más salir el sol, Shirogawa, visitaba cada mañana el templo sagrado situado en el monte Ryuu Seiiki. Acompañado de sus dos subordinados, ascendió hasta llegar a la cima del monte.
Cuando estaban situados delante delante del templo, una puerta de madera con un papel que indicaba
Sellado
Shirogawa, como de costumbre avanzó unos pasos, hizo un sello y cerró los ojos. Un chakra visible de color verde, se podía ver como avanzaba hacia la puerta, la cual, se iba abriendo lentamente.
Una vez dentro, el Kusakage y los dos ANBU, se arrodillaron ante los 7 sagrados pergaminos y se pusieron a rezarles. Una vez acabada la oración, se levantaron, salieron por la puerta, Shirogawa hizo una serie de sellos y la puerta se cerró.
Una vez en su despacho el Kusakage se asomó en el balcón de la parte superior y contemplaba a su aldea.